De cultura, cuestiones legales, NFTs y metaversos
Aunque aún existe un visible grado de escepticismo en algunos sectores ante los diferentes Metaversos, lo cierto es que el futuro de este mundo virtual forma ya parte de nuestro presente. En el Informe publicado por la firma EqualOcean en el mes de agosto «An Overview of China’s Industrial Metaverse in 2022 and Beyond» se menciona al metaverso como «el próximo universo abarrotado» con una estimación de unos 9 millones y medio de puestos de trabajo a cubrir en relación con el mismo para el 2025. Las experiencias digitales de personas consumidoras y usuarias de servicios están cambiando y con ello el ecosistema empresarial que va adaptándose de un modo u otro para cubrir esta demanda. Asimismo, el lanzamiento de colecciones NFTs y el salto a la Web 3.0 de compañías y entidades conviven con este cambio de paradigma en las relaciones sociales que son los metaversos.
Nos encontramos, por tanto, ante una ventana de oportunidades inimaginables especialmente para el sector cultural, ya que los diferentes metaversos permiten mostrar y disfrutar de obras artísticas, audiovisuales y musicales en cualquier punto del planeta, democratizando el acceso al entretenimiento, ofreciendo experiencias mediante la adquisición de NFTs y consiguiendo que los artistas financien sus obras con los mismos.
Cada vez hay más ejemplos de ello, en estos días la compañía Filmax lanzará una colección de NFTs para conmemorar el aniversario de la película REC, podemos disfrutar de mudit.org como el primer museo del metaverso dedicado a la creación digital, Warner Music Group anunció este año la creación de una sala de conciertos en el metaverso, los reconocidos MTV Video Music Awards 2022 han incluido en su categoría de premios uno al de “Mejor Interpretación del Metaverso” y hoy se lanzará «Bowie on the blockchain» poniendo a la venta NFTs realizados por varios artistas que han podido utilizar elementos del archivo de Bowie con fines benéficos (https://industriamusical.com/david-bowie-llega-a-la-blockchain/), estas iniciativas son sólo la punta del iceberg de todo lo que está sucediendo en la virtualidad.
En paralelo a su avance, las preguntas que surgen son muchas y variadas, ¿podrán los NFTs ser competencia real para el modelo de distribución de ingresos de los servicios en streaming permitiendo a los artistas un mayor control sobre sus obras? ¿Hubiera sido la pandemia menos gravosa para los artistas musicales y/o teatrales si sus conciertos y obras se hubieran celebrado en el metaverso?, cuestiones relacionadas con la propiedad intelectual, registro de obras, copia, vulneración, protección de marcas, derechos de las personas consumidoras que asisten a conciertos u obras de teatro en el metaverso constituyen desafíos legales ante los que se hace imprescindible la protección y el asesoramiento jurídico, a fin de que tanto prestadoras de servicios como consumidoras de los mismos puedan prever riesgos y minimizarlos, sintiéndose acompañadas en sus procesos.
No en vano, en los últimos meses hemos asistido a las primeras contiendas jurídicas sobre temas que afectan especialmente al derecho de la cultura y al del branding. El director y productor de cine Quentin Tarantino y la empresa de producción y distribución de cine y series de televisión, Miramax, ya saben de lo que hablamos, porque han batallado legalmente en relación a los NFTs de la película Pulp Fiction. Miramax demandó a Tarantino cuando éste quiso lanzar unos NFTs basados en la película argumentando que los NFTs explotarían el guión de Pulp Fiction y no la película en sí, en esta tesitura ellos han conseguido alcanzar un acuerdo extrajudicial pero el debate está servido.
Del mismo modo, en el mundo de la moda, hemos sido testigos de como Hermès demandaba al artista Mason Rothschild, fundador de MetaBirkins, una colección de NFTs en los que el bolso Birkin es la base del proceso artístico, alegando que el artista carece de permiso para usar el equivalente de una marca registrada como es Birkin. Unos meses después de interponer la demanda, la sorpresa llegaba con Hermès uniéndose al movimiento de la moda Web3, planificando el lanzamiento de ropa virtual, de NFTs y de criptomonedas y anunciando que organizará desfiles de moda en el metaverso, quien sabe si quizá buscando así blindar su marca en ambos mundos, el físico y el virtual.
¿Sueño o realidad? Esta «revolución descentralizada» no ha hecho más que comenzar y nos queda mucho por descubrir, compartir y construir en este apasionante viaje a territorios inexplorados.